Hablemos de la pasión por las motos Pulsar con María Alejandra
Publicado por: Daniela UpeguiMaría Alejandra es una joven universitaria, con una infancia pulsarista. Hablamos con ella para conocer más sobre la comunidad motera femenina y la pasión que despiertan nuestras máquinas.
AUTECO (A): ¿Por qué elegiste movilizarte en moto, qué te motivó a comprarla?
MARIA A. ARANGO (MA): Desde muy pequeñita me gustaban mucho las motos. Entonces cuando empecé a trabajar y en vista de la necesidad de movilidad, decidí empezar a ahorrar y un día compré mi moto.
Escogí Pulsar porque me parece una moto muy buena. Cuando tenía 15 años, mi papá tenía esa marca y me relacioné con muchas personas del entorno que me enseñaron varias cosas sobre motos y que en particular, hablaban muy bien de Pulsar.
A: ¿Para qué la utilizas actualmente?
MA: La uso para todo, para ir a trabajar y salir a rodar.
A: ¿En qué aspectos de tu vida crees que tu moto es tu gran aliada? Tanto en tu vida personal como laboral.
MA: Se me hace muy práctica porque en mi trabajo necesito moverme de una sede a otra. Entonces obviamente con el calor y el tráfico, me parece súper chévere tener mi moto y llegar a cualquier lugar rápidamente.
Además, sentir que en la noche puedo llegar de trabajar, cambiarme e irme a rodar con algún club es genial.
A: ¿Cómo crees que ve la sociedad a las mujeres que conducen moto?
MA: Realmente en este punto creo que ya hay una percepción más positiva. La mayoría de las personas nos ven como mujeres arriesgadas, capaces y con los pies puestos sobre la tierra.
A: ¿Qué consejo le darías a las personas que están pensando en comprar una moto pero que aún no lo han hecho?
MA: Tener moto es una sensación muy chévere, es una oportunidad para empoderarse y una gran experiencia. No se dejen intimidar en las calles, no le tengan miedo a la experiencia, pues es cuestión de paciencia, práctica y de mucho amor por estas máquinas.
A: Cuéntanos alguna anécdota motera.
MA: La primera vez que quise aprender a manejar moto, mi papá me estaba enseñando intentando voltear, como obvio no sabía, me cogió ventaja la moto y me cayó durísimo en el pie y me esguincé el tobillo.
Luego de eso les tuve algo de miedo, hasta que 6 meses después me volví a montar en una moto de mediano cilindraje de un amigo y me fue súper. Por eso me enamoré más de las dos ruedas, porque puedes superar tus propios miedos y obstáculos.